A finales del siglo XIX, la humanidad se enfrentó a un cruce de caminos tecnológicos que definiría el rumbo del transporte.

Podemos buscar muchos culpables y vamos a encontrar muchos nombres que, porque se repiten, nos da a pensar que son ellos los responsables, culpables, del descalabro nacional.

Primero fue una oreja que se movió hacia un lado. Imperceptible en medio de la manada, levantó apenas la punta de los pelos del borde. Creyó captar un sonido, pero no del todo.

Para algunos el 24 de marzo, es un feriado o un día más en el calendario. Sin embargo, es mucho más que eso. Es el DÍA DE LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA, para aquellos que sufrieron los desgarradores momentos de nuestra historia nacional, donde la persecución y muerte era la moneda corriente, y a la vista. Quizás para aquellos que eran niños en ese tiempo, o aún no habían nacido, en tiempo de la recuperada democracia, allá por 1983, tal vez ahora, esta fecha se pueda entender como lo que fue y significó esos años de oscurantismo sedicioso, de la mano del propio Estado que, con una filosofía del exterminio de todos aquellos que no pensaran como los “mandamás” de turno, practicaban como algo común y corriente, con total impunidad.

En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) evoluciona a un ritmo extraordinario, el futuro del trabajo no se perfila como un escenario de incertidumbre, sino como una oportunidad histórica de colaboración entre humanos y máquinas. La IA generativa, por ejemplo, ha irrumpido en el mercado laboral con una rapidez asombrosa –logrando en apenas diez meses lo que a internet le tomó casi dos décadas–, abriendo las puertas a una era de innovación y complementariedad sin precedentes (Autor, Mindell & Reynolds, 2024).

No pasaba mucho en esa calle. La policía al fondo con sus escudos, cascos, bastones largos, y armas de fuego.

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los motores fundamentales de la transformación global. En un entorno en constante evolución, donde los algoritmos se desafían mutuamente y compiten por alcanzar niveles cada vez más altos de eficiencia, la IA no solo amenaza sustituir puestos de trabajo y redefinir profesiones, sino que también se enfrenta a sí misma en una carrera de innovación sin precedentes.

¿No empezaste con bronca en el ambiente? O, mejor dicho, cuando conversabas antes de las elecciones con algún vecino o familiar, ¿no percibías esa bronca por lo que se estaba viviendo por la inflación, la falta de rumbo claro, varias cosas indefinidas como “son todos iguales”, “al final yo siempre trabajé y estos…. “así la voz surgía de esas gargantas a veces áspera, otras chillona, transmitiendo bronca, pidiendo venganza?

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