Las salteñas y los salteños acabamos de vivir las primeras muestras de lo que serán los próximos 4 años del gobernador Gustavo Sáenz.

En dos acciones intempestivas quedó plasmada la dictadura que, sobre los tres poderes del estado y el Pueblo, Sáenz transitará su futuro.

 

Primero vimos cómo sin esta Ley, se atentó contra el derecho de protesta un 25 de mayo. 25 de mayo, conmemoración de nuestra protesta mayor, la más importante de nuestra historia, fue manchada por el impulso de un gobierno, de una jueza o vaya saber de quién.

 

Después, con solo el 33 % del electorado apoyándolo, pero con el control total de la Legislatura y una mayor resistencia de los Senadores, se acaba de sancionar una Ley que podríamos llamar antiderechos, que será solo el principio de un gobierno decadente, y se sanciona con el hipócrita nombre de Ley de Convivencia y Conciliación Ciudadana.

 

Hay que ser Cínicos Señores Legisladores.

 

El único Poder que le quedaba dominar era el del Pueblo en la calle, reclamando por un salario justo, una salud razonable, el acceso al agua potable, a servicios básicos normales, el cumplimiento de la palabra empeñada. Le quedaba dominar la protesta y acaba de sacar una ley Antidisturbios, anti pueblo, anti queja, anti 14 bis, que recuerda a las tácitas leyes militares de los ’70. Ya Gustavo Sáenz gritaba hace unos años “hay que sacar el Ejército a las calles” ante su inoperancia para controlar la delincuencia. Capaz que más adelante le incorpora otro artículo contra natura a esta Ley para poder “sacarlo”.

 

La Ley aprobada en Diputados con 19 abstenciones, un hecho inédito en la historia de la Cámara, tiene facetas por lo menos extrañas. Varias organizaciones están afirmando ya que se trata de una norma claramente anticonstitucional, aunque esto lo deberá dirimir la Corte de Justicia.

 

Seamos claros, la lucha llega a la calle cuando los funcionarios cierran las puertas de sus despachos al diálogo. Si no podemos pedirte de frente lo que nos está faltando, tenemos que decírtelo a los gritos desde la vereda, eso es lo que sucede. Y si aun así hicieras oídos sordos, el Pueblo organizado le cuenta a la ciudadanía qué es lo que les está pasando y lo hace caminando, cantando, reunida y sin avisarte. Lo hace porque nadie nos puede impedir reunirnos a conversar sobre nuestros pesares.

 

Esta Ley no habla de representación gremial ni ninguna de esas cosas que escuchamos por los medios. No habla de la lucha docente que, si mencionaron los Senadores, cómo dándole marco a la Ley sancionada. Solo habla de “toda reunión de personas” Artículo 2º. ¿Qué es esto? ¿cómo se puede limitar así la vida social de los salteños? La indefinición, por defecto, puede ser utilizada de la manera más espantosa.

 

Ya vimos cómo se utilizaron fondos públicos para la campaña política sin que fiscal ni juez, ni auditor alguno se metiera en el asunto, ¿Por qué tanta indiferencia? ¿O será control real?

 

Hoy, en Salta la Injusta, quedamos a merced de un gobierno que necesita, tomar la suma del poder público y a esto, agregarle aterrorizar al pueblo hasta encerrarlo resignado en sus casas. Hoy el Pueblo Salió a las calles por el hambre que quiere evitar y que mira en la mesa de sus hijos. Y ya cuestiona la ausencia de beneficios del promovido Litio, o del Oro o de lo que sea. Pero este mismo pueblo, que vio y soportó los obscenos carteles de la campaña no es tonto. El Gobierno necesita un pueblo hundido en la pobreza, ese 60% de pobreza y necesita una Ley que lo proteja del reclamo. A las riquezas se las están llevando 4 vivos, alguien anticipó.

 

Ya analizaremos este adefesio de Ley para poner en claro la incapacidad legislativa de sus impulsores, pero sobre todo hacer público lo que ya sabemos todos: Para que ganen los malos, solo es necesario que los buenos nos quedemos callados.