La solidaridad de los argentinos siempre presente...una virtud que, muchas veces, no es acompañada ni por la política ni la gestión gubernamental
Ante los desastres metereólogicos, que impacto fuertemente en Bahía Blanca, en otras localidades y ciudades del país. Nos golpeó y caló muy hondo en la sensibilidad de todos los argentinos que, más pronto que tarde, saco a relucir su espíritu solidario y la ayuda a los damnificados de esa ciudad de la provincia de Buenos Aires, llegó mucho antes que el Estado Nacional terminara de pensar si acudía o no en ayuda de esos pobladores que, con las inundaciones, prácticamente, lo perdieron todo.
Miles y miles de toneladas de mercaderías fueron transportada hacia esa ciudad para acudir urgentemente a los ciudadanos que vieron como el agua se llevarán todas sus pertenencias, inundaba sus cada y algunas directamente quedaron inutilizadas para siempre.
Incluso algunas organizaciones gremiales, como la Fraternidad (Ferroviarios) decidieron donar un día de trabajo y acudir en ayuda para la recuperación del Hospital Público PENNA, de esa localidad.
Y así como ese gesto, que movilizó a los argentinos “DE BIEN”, aún con lo poco que podían ayudar ante la difícil situación de la economía del país, aquí en Salta. una vez más, los salteños acudieron solidariamente para ayudar a las familias de la Quebrada del Toro, que perdieron todo por las tormentas de lluvia y lodo.
Y ahora, con una muestra contundente e inagotable de la solidaridad de los salteños, también el pueblo, sobre todo la gente más humilde, acudió en ayuda para paliar, con mercaderías y ropas, calzados, para ayudar a los pobladores de las localidades del Departamento de Rivadavia.
Por eso es de reconocer el corazón generoso, solidario de la comunidad que, ante un simple llamado, para ayudar a nuestros hermanos del norte de nuestra provincia, la campaña tuvo un éxito total.
Mientras tanto, en medio de una campaña electoral, esto no tuvo colores políticos de ningún tipo. Y eso es un mensaje de la sociedad que le está diciendo, a los políticos, que salgan del microclima de su ambición y codicia por un cargo, y comience a ver lo que pasa cerca y lejos de su entorno de cristal en que viven. Aun en lo poco, los humildes saben dar lo que es mucho.