Salta Año Verde... (Segunda Parte)

.  Anoche soñé cómo sería si Salta, y el país, fueran como la mayoría queremos que sea para sentirnos ciudadanos dignos y sin privilegios, pero sí con derechos.

 

Claro, me dije, esto es una UTOPÍA, pero igualmente no pude dejar de pensarlo y expresar mi sueño que, entiendo, debe ser el de la gran mayoría de los salteños.

 

Todos los servicios públicos están funcionando de forma óptima y sin quejas por parte de los vecinos. Y por ello mismo nuestros gobernantes y funcionarios, puede circular libremente por los distintos barrios; preguntando que tienen que decir del servicio y qué más necesitan. Y todos les agradecen los buenos servicios y esperan que venga más seguido a visitarlos.

 

Porque el sistema de reclamos tuvo que ser cambiado por un servicio de agradecimientos por el buen servicio que brindan los gobiernos, nacionales, provinciales y municipales. Es que todo cuanto se hizo, en obras y capacitación de sus trabajadores, es porque ahora nadie ha metido “la mano en la lata “y las contrataciones y licitaciones se hacen con total transparencia que ahora en vez de una obra se hacen 10 con el mismo costo.

 

La transparencia y honestidad ya no es una novedad en la administración pública provincial, sino que es algo rutinario y con excelentes resultados en cantidad y calidad de obras y servicios.

 

Además, todo es ayudado con la mejor difusión de los actos de gobierno, al garantizar, el estado provincial, sin discriminación alguna, las pautas oficiales destinada a todos los medios de comunicación.

 

Y en ese sentido, haciendo un apartado, se ve que los trabajadores de los medios de comunicación trabajan en condiciones dignas, en blanco, porque el mismo Estado, haciendo cumplir la ley, no brinda aportes de publicidad a ningún medio que tenga en su planta de personal en negro.

 

Siguiendo en la misma línea, el pueblo se beneficia al ser bien informado. Y en eso se desterró, esperando que, para siempre, la práctica y vergonzante uso del dinero público para posicionar a candidatos oficialistas, o para denostar al opositor o a todo aquel que piense distinto al que gobierna la provincia, o el municipio.

 

Ya no hay lugar para ensalzar al gobernador por sus acciones de gobierno, entendiendo éste que no hace más que cumplir con el deber y para lo cual fue elegido.

 

Y que les cuento, si se cumpliera en serio, que aquellos que hicieron uso y abuso de los recursos del Estado, para enriquecerse, en un acto de grandeza se presentaron espontáneamente y ante escribano público e hicieron un acto de devolución de los dineros mal habidos. Y que todo ese dinero, sea destinado a sacar a las comunidades de los pueblos originarios, y comenzar a sacarlos de la marginalidad y a la vez combatir el hambre, la pobreza y evitar las muertes por desnutrición. Sólo pusieron una condición, que se les permita devolverlo en cuotas de hasta en 12 meses.

 

Y con el ahorro que provoca el manejo honesto de las arcas públicas se comenzó a realizar muchas obras que el pueblo salteño espera y necesita.

 

Y siguiendo el ejemplo, los otros poderes del Estado se contagiaron de la buena onda revolucionaria de hacer de Salta una provincia modelo en administración y calidad de vida de los habitantes, también comenzaron a actuar en consecuencia.

 

Así la justicia comenzó a agilizar todos los procesos penales y civiles, teniendo como objetivo llegar a fines de 2023 a tener todas las causas posibles de resolución con sentencias.

 

Así se verá las cárceles con menos gente y los abogados, y demás profesionales del derecho, ya piensan dejar las llamadas “chicanas” y contribuir a una justicia más justa, siendo más rápida.

 

Y como un gesto de buena voluntad, para contribuir a un nuevo orden judicial, pusieron a disposición del Gobernador” Rubertiño Me da hasta ahicito” Sáenz, su renuncia y pidiendo que los jueces no sean vitalicios en sus cargos.

 

Y los legisladores van a dar lugar al travasamiento generacional y de género para oxigenar con sangre nueva y con nuevas ideas para brindar herramientas útiles para esta nueva Salta que se estaría construyendo.

 

Y las elecciones, es un punto aparte. Se recuperará la esencia de la política basada en las propuestas para mejorar lo que ya está hecho. Obviamente que después de mucho tiempo, las campañas se realizan en un clima de respeto y caballerosidad, pero sin dejar de lado la vehemencia por dar a conocer y defender sus ideas.

 

Pucha, lamentablemente me desperté de lo que creo fue una pesadilla...la Salta año verde no existe. Pero vale la pena soñar