¡Para los candidatos debatir es mala palabra!!!

Ya estamos transitando los últimos tramos de una contienda electoral, en nuestra provincia, donde lo que menos se han escuchado son propuestas, de parte de los candidatos, de por qué unos quieren llegar a un cargo electivo; y otros no se quieren ir.

 

Es de manual que, en la política, los políticos que quieren aspirar a un cargo y buscan el favor del electorado, deben ENAMORAR al ciudadano con sus propuestas.

 

Y hasta ahora, solo fly, videos, afiches, que solo hablan de sí mismo; haciendo un culto a su ego, y con un mensaje vaciado de contenido y proyectos o programas.

 

Como dice Eduardo Galeano, en su reflexión que quise compartir con ustedes, “quien no está preso de la necesidad está preso del miedo ...”

 

Eso es lo que muestran los candidatos que se postulan para un cargo el próximo 14 de mayo.

 

Y eso me da la impresión de  que  estamos frente a un momento en que , en vez  que ellos (los candidatos) muestren su preocupación por brindar una solución a los problemas serios que están padeciendo nuestros ciudadanos, muy especialmente los más pobres y marginados,  buscan con sus  mensajes de desesperación plañideros, que  sea al revés: Que el pueblo sufriente (resignado su destino de  desempleo y hambre que los  arroja  a una vergonzosa marginalidad y hasta muerte) sea el que los salve ,  ante  su desesperación  por llegar  o quedarse en el  espacio del poder y de los privilegios.

 

Es decir, que quieren llegar o quedarse en el poder prometiendo nada. Como si ellos fueran los nuevos (aunque falsos) mesías que prometen llevar a los ciudadanos a la tierra prometida.

 

Claro que, por lo visto, cada uno son la última Coca Cola en el Desierto (válgame Dios con los problemas que tienen sus trabajadores en estos días).

 

Sigo sosteniendo que esta campaña electoral fue la más pobre que he visto en mi vida.  Y es por eso que las encuestas muestran una total indiferencia por la política y los políticos.  Ni saben quiénes son los candidatos ni cuándo van a votar.

 

Por eso hubiese sido bueno, interesante y auspicioso, que los candidatos hubiesen aceptado el desafío de debatir, públicamente, entre los propios candidatos; para explicarle a la gente paraqué quieren llegar o, en otro caso, para que seguir donde están por cuatro años más.

 

Pero parece que a los candidatos no les interesa que el pueblo sepa para qué quieren entrar o quedarse.

 

Para ellos DEBATIR ES UNA MALA PALABRA.