Sin dudas que la suspensión del aumento del 7% en las cuotas de las prepagas, puso en el tapete la necesidad de dar el gran debate por la reforma del sistema de Salud  Pública (de gestión pública, de Obras Sociales Gremiales y privadas o prepagas). Esta suspensión generó un conflicto con las empresas de medicina prepaga, a lo que el Presidente Fernández aseguró hoy que "el sistema de salud tiene un problema estructural que hay que revisar. "Tenemos que revisar y ordenar cómo se financia el sistema de salud privado en Argentina".

Este problema, en la salud pública, es de vieja data. Y por ahí, muy equivocadamente, muchos creen que la Salud Pública es solamente lo que están bajo la administración del Estado (nacional, provincial  o municipal). Sin embargo el Estado debe ordenar su servicio y funcionamiento, como así también regular el sistema en materia de recursos y aportes para su óptimo funcionamiento.

 

Muchos profesionales de la salud, dirigentes y administradores de Obras Sociales Gremiales, vienen reclamando la inequidad del sistema de servicios de salud, cuando denuncian que las prepagas son empresas privadas de salud que gozan de privilegios que no favorecen a mejorar el sistema público de salud.

 

Las Obras Sociales Gremiales, que funcionan fundamentalmente con los aportes que hacen los trabajadores al sistema de salud, son las que dan un servicio solidario dentro del sistema. Cubren un importante porcentaje de pacientes que, al decirlo groseramente, dejan de utilizar el sistema de salud que administra y brinda el Estado.

Sin embargo, se quejan que aparte de no recibir en tiempo y en forma, por parte de la Súper Intendencia de los Servicios de Salud, los recursos que les pertenecen y son de los propios trabajadores, son permanentemente auditados y hasta sancionados en caso de no prestar (en algunas oportunidades por no contar con los recursos necesarios) con los PMO (Programa  Médico Obligatorio). Algo que no se les exigen a las prepagas.

 

Sobre las prepagas, no existe una regulación y control tan estricto, en el manejo de los recursos destinado a la prestación de los servicios de salud, que publicitan en sus campañas para captar adherentes. De ahí el reclamo de las Obras Sociales sobre la inequidad entre ellas y las Prepagas.

 

Y lo  afirmó el propio presidente Alberto Fernández: "revisar y ordenar cómo se financian" las empresas de medicina prepaga, porque actualmente no hay "ningún control" sobre esos recursos que son "ahorro público".

 

 El mandatario explicó que en octubre el Ministerio de Salud habló de la necesidad de recomponer los ingresos de la medicina prepaga, por lo que otorgó un 10% de aumento para las cuotas en diciembre: "Y me desayuné con que en enero le dieron un 5% que empezaba a regir a partir de febrero. Y puse el grito en el cielo", dijo.

 

 "Honestamente, no estamos en condiciones de favorecer aumentos de esa naturaleza, en ningún caso. Y entonces lo llamé a (Claudio) Belocopitt (dueño de la empresa Swiss Medical y titular de la Unión Argentina de Entidades de Salud del sector privado (UAS).

 

Y le dije `venite a tomar un café a la tarde y lo charlamos´. Tuvimos una charla de una hora y pico en la que tuvimos más coincidencias que diferencias", contó.

 

"Entre diciembre y febrero el sector iba a tener un aumento del 17% que tenía que pagar la gente. Yo no voy a permitir eso. Agregó Fernández.

 

Y le dije a Belocopitt: si hay que ordenar el sistema de salud, ordenémoslo de verdad. Sentémonos y pongámonos a ver cómo funciona el sistema de salud", aseguró Alberto Fernández en declaraciones radiales.

 

"Nosotros tenemos que hacer este año un esfuerzo enorme por contener dos cosas: bajar el déficit fiscal y controlar la inflación. Ambas cosas. Y eso necesita del esfuerzo de todos. No es una decisión que un Presidente pueda tomar", aseguró.

 

A la vez, indicó que el 7% que hizo retrotraer tenía una cláusula adicional que decía que la totalidad del aumento estaba destinado a las clínicas. "Y entonces, uno dice: ¿por qué le doy la plata a las prepagas para que se la dé a las clínicas? Todo eso demuestra que hay un problema estructural en el sistema de salud que hay que revisar. Es un problema muy profundo, por cómo se fue formando el sistema", expresó el Presidente.

Además, añadió que tiene una "mirada muy positiva" sobre la calidad de atención del sistema de salud de la Argentina, en comparación con otros países: "Es un extraño sistema en el que convive el Estado con sus hospitales públicos, el sector privado con sus clínicas y algo que hay en el medio que es parapúblico que son las obras sociales. El sistema atiende a la gente. Ahora, cómo ese sistema se financia es la discusión que tenemos que afrontar".

 

Y agregó: "Cuando se mira objetivamente a la medicina prepaga lo que se ve es que hay un intermediario en la salud que cobra cuotas, acumula recursos, los maneja e invierte financieramente y a partir de allí ve cómo les paga a los prestadores. Y los prestadores siempre están disconformes, además, con lo que reciben".

 

 "Cualquier médico te dice que le pagan dos pesos por cada prestación y las clínicas dicen que les pagan poco por las cápitas. Entonces, es un sistema que hay que revisar y ordenar para que funcione mejor", insistió el Presidente.

 

El jefe de Estado señaló también que desde que fue superintendente de Seguros, entre 1989 y 1995, está viendo de qué manera el sistema privado de salud puede "tener algún tipo de control del Estado porque finalmente capta ahorro público y nadie controla nada, y lo único que piden son aumentos".

 

 Y agregó: "Cuando se mira objetivamente a la medicina prepaga lo que se ve es que hay un intermediario en la salud que cobra cuotas, acumula recursos, los maneja e invierte financieramente y a partir de allí ve cómo les paga a los prestadores. Y los prestadores siempre están disconformes, además, con lo que reciben".

 

 Y ejemplificó: "Vos hacés un seguro y el contrato lo aprueba el Estado. Ahora, el contrato que firmás con la medicina prepaga no lo ve nadie. No sabés qué dice la letra chica, no conocés nada de eso. A pesar de esto, el sistema no funciona mal. Pero lo peor es que tampoco sabemos qué hacen con los recursos. El problema sigue existiendo pero veámoslo de resolverlo de otro modo. Porque este método de que cada vez que necesito plata, se la saco a la gente... así cualquiera resuelve un problema".

 

 Lo cierto que, con la suspensión del aumento del 7% para las Prepagas, se abre un interesante debate que se be dar en el Congreso de la Nación y con la participación de todos los sectores involucrados. No será nada fácil, de eso estamos seguros. Sobre todo porque hay fuertes intereses económicos y financieros que no les debe interesar cambiar lo que ya existe. Y menos fácil llevar el debate a una meta como para unificar todo el sistema de salud pública integral, donde estén contenidos lo que es hoy público, privado con las clínicas y prepagas, y las  Obras Sociales.

 

La pandemia supo  poner a la luz de todos, lo que muchos antes de intentó ocultar como, por ejemplo, un seguro de salud integral que iba permitir que todos los ciudadanos, no dependiendo de su condición social o económica, tengan el acceso igualitario y solidario al sistema de salud, con mayores y mejores servicios de atención sanitaria y con la más alta tecnología.

 

Si este debate se da en serio, y hay intención política en llevarlo adelante estaremos en presencia de una nueva era de una Argentina más inclusiva para todos los argentinos.