“A un gran hombre no se lo recuerda con la nostalgia de un pasado que no volverá, a un gran hombre se lo recuerda, trabajando y generando condiciones para aquellos que necesitan de nuestra presencia”. Como fue la idea trascendente pero aún inconclusa como lo fue la INTEGRACION REGIONAL DEL NORTE GRANDE ARGENTINO.

 

Roberto Romero, fue el primer gobernador electo por el pueblo en 1983, después de la dictadura militar. Y fue el hombre que con su visión tan particular como emprendedora, promovió la integración y desarrollo de la región, poniendo a Salta, nuevamente, en el centro geopolítico del norte argentino, con la creación del Pacto de Integración Regional NORTE GRANDE, en1986.

 

Nació en la Ciudad Capital de la provincia de Salta el 22 de octubre de 1927, en un hogar humilde; y murió el 15 de febrero de 1992. Hijo de Juan Bautista Romero y Lucía Fayón.

 

Dueño del Diario “El Tribuno” de la Ciudad de Salta, hizo de este medio periodístico uno de los más importantes del país. Mucha de la labor desempeñada por Roberto Romero se encuentra vinculada a la trayectoria de más de cincuenta años de “El Tribuno” y de varios emprendimientos empresarios.

 

Romero fue un empresario pujante y un gobernadordesde1983 hasta 1987, donde se propuso transformar Salta, con emprendimientos estratégicos en el orden cultural, deportivo, agropecuario y urbanístico. Su capacidad para diversificar sus actividades le permitió destacarse en la producción rural, en la minería, en la construcción y en el periodismo. En todos esos rubros exhibió su aptitud para delegar responsabilidades.

 

Su administración, al frente de la gobernación de Salta, se caracterizó por desarrollar en los primeros años trabajos de promoción en el campo social. De esta manera se elaboraron planes de salud que redujeron la mortalidad infantil, junto a proyectos educacionales, que llevaron a los docentes a percibir un salario superior al 40 por ciento en relación a la Nación, dice el historiador Walter Bosisio en un libro editado en 1995 por el Centro Editor de América Latina en Buenos Aires.

 

Roberto Romero, le dio un fuerte impulso a la obra pública, destacándose, sobre todo, la construcción de viviendas populares; y dos obras emblemáticas de su gestión, el Estadio DELMI, construido en tiempo record, y el Teleférico que es hoy uno de los íconos de la atracción turística en nuestra ciudad de Salta.

 

 El proyecto turístico, definido con metas realistas y generosas comenzó a posicionar a Salta como uno de los destinos de privilegio en el país. Obras como el Delmi y el teleférico, cuestionadas en su momento, muestran su importancia tres décadas más tarde. El programa sanitario, a través de Atención Primaria de la Salud, la construcción de miles de viviendas y la creación de decenas de establecimientos secundarios y terciarios en toda la provincia, delinearon el perfil social de su proyecto. Con visión de futuro, Romero fue el gran impulsor del Norte Grande, una estrategia regional a la que se sumaron diez provincias con vocación federal.

 

Roberto Romero fue un visionario, de la política. Fue el hombre que supo reconstruir el rol protagónico de Salta, en el contexto de las provincias y el país.

 

Roberto Romero supo ganarse el cariño de su pueblo, por su calidad humana, su gran contracción al trabajo y al espíritu solidario para con los más humildes, a quienes trató de brindarles todas las herramientas y oportunidades, de que disponía el Estado provincial, para sacarlo del estado de marginalidad en que se encontraba, históricamente, la provincia.

 

Nadie puede olvidar el impulso que le dio a la educación, generando nuevos espacios de trabajo, a los nuevos docentes, con la jubilación de los docentes que hayan cumplido 25 años de servicios frente a grado.

 

Fue un líder reconocido en el Norte Grande, y también un importante referente político a nivel nacional. 

 

Este año se recordará un nuevo aniversario de su muerte, pero poco vistoso, aunque no carente de añoranzas, sentimientos de cariño y admiración, hacia un hombre que se supo ganar el corazón de los corazones más humildes. Y hoy a 32 años de su muerte, los más humildes lo siguen recordando como su espíritu viviente, muchas veces con una foto que les recuerda que aún sigue vigente su calidez humana, su entrega, su visión y su dedicación a un proyecto de provincia y de país, más integrado y con mayor inclusión social, productivo y político de desarrollo

 

Su gran sueño, su gran afán de la política, hoy está tan vigente como siempre. El Proyecto de Integración Regional del NORTE GRANDE, nuevamente vuelve a retomar esos objetivos de integrar esfuerzos políticos y económicos y sociales para seguir creyendo en la posibilidad de una nueva Argentina, sacando de la marginalidad a toda la región norte de nuestro país de la histórica marginalidad con respecto a las demás provincias centrales.

 

El desastre económico, político, institucional y laboral que nos dejara el gobierno de la dictadura Cívico Militar, en 1983, cuando recuperamos la democracia, hizo que los dirigentes, tanto desde el gobierno como desde la oposición, hicieron un pacto de concertación y unidad nacional para sacar el país adelante. Y hubo momentos de crisis en la incipiente democracia, pero el pueblo siempre estuvo al pie del cañón para defender la democracia y el progreso de nuestra Argentina.

 

Por eso, mirando hacia el pasado de nuestra provincia, desde donde Roberto Romero aportó a la consolidación de la democracia y lucho por integrarlo como lo soñara nuestro héroe, el General Martin Miguel de Güemes, en toda su real dimensión y capacidad como país.

 

Hoy, más que nunca, debemos valorar el sentido de la argentinidad; y que el actual gobierno nacional debe mirar hacia el interior profundo, y gobernar para todos los argentinos y no para unos pocos que ya están cansados de seguir siendo la variable de ajuste.

 

Todos los gobernantes, presidente y Gobernadores, intendentes y legisladores, deben mirarse en el ejemplo de esos hombres y mujeres que, como Roberto Romero, creyeron en la potencialidad de su gente y su tierra, comenzaron a construir una provincia y un país con oportunidades y posibilidades para un futuro posible, para la presente y futuras generaciones. Pero partiendo de la base del diálogo, la concertación y el respeto por las personas y de las instituciones de la república. Sin agravios y extorsión de ningún tipo. Sobre todo, cuando son todos representantes de los ciudadanos que depositaron su voto y confianza en todos y cada uno de ellos.

 

Volviendo a Roberto Romero, él hizo huella; muchos quisieron borrarlas, pero, nadie podrá borrar la memoria viva de un proyecto de provincia que potencie sus riquezas, naturales y humana, para colocarla a Salta en el lugar que se merece.

 

Y en ese sentido, nunca bajó los brazos; a pesar de las dificultades y crisis que vivía el país por ese entonces.

 

Por eso es auspicioso que nuevamente se haya levantado los ideales de integración regional, como tomando la posta de aquellos que crearon el Norte Grande, allá por 1986 en nuestra querida Salta, con la participación de 9 gobernadores, que siempre tuvieron la estigma de ser provincias marginales y muy lejos, en todo sentido, del poder económico y político del Puerto de Buenos Aires.

 

Por eso es que, con el aporte y la fuerza de los trabajadores, es necesario vitalizar nuestro proyecto genuinamente federal como el Norte Grande, sin enfrentamientos con el poder central, pero siempre defendiendo los intereses de las provincias y la nación, integrada en forma equitativa y solidaria.

 

 Ese era el sueño de Roberto Romero.