Corría 1986 cuando se estrenó Shaka Zulu, una miniserie que hoy pasaría Netflix o alguna otra plataforma, sobre la vida de este líder zulú que, entre 1816 y 1828 ,condujo a su clan a liderar a las tribus zulúes y a estas a conformar la Nación Zulú, para luego enfrentar al invasor británico (¿Cuándo no?) 

 

Con el correr de los años Shaka Zulu fue considerado un estratega militar y político por sus aportes a la guerra tribal; (y porque venció a los ingleses varias veces y los british no pueden ser batidos sino es por un gran hombre. Todo se acomoda a su ego. Bueno)

 

Veamos algunos ejemplos. En aquellos años y en ese lugar, cuando las tribus, que en general eran clanes familiares se enfrentaban con otros clanes por alguna razón como el uso de un oasis o el robo de ganado la cosa sucedía así: cada “ejercito” se pintaba, bailaban alrededor de la fogata tomando coraje y otras bebidas espirituosas, se vestían con sus ropas de combate, sus escudos y lanzas, sus pinturas en las caras daban miedo e iban hasta el campo de batalla trotando y cantando.

 

Una vez allí se enfrentaban entre los clanes a la distancia. Gritaban, en una de esas se tiraban con piedras, cerbatanas y lanzas y muy de vez en cuando, entraban en combate. En general era faroleo, amagues, gritos. Se llegaba a algún acuerdo entre los caciques y volvían a bailar y chupar sin mayores bajas. Si ustedes creen que esto era exclusivo de una tribu africana se llevarán una enorme sorpresa. 

 

Y en eso llegó Fi… no, Shaka. 

 

Shaka decidió que basta de circo, las batallas había que darlas y de golpe rompió con esa costumbre, y fue derecho a sacudirlos como a alfombra vieja y rápidamente se sentó a negociar una vez que había vencido y los otros no podían bailar ni chupar de los palazos que habían recibido y así fue construyendo esa famosa Nación Zulú. Mejoró los escudos y las lanzas y desarrolló una estrategia. 

 

Shaka Zulu decía que, así como el búfalo tiene dos cuernos que hieren y golpean separados o juntos, así se tenía que organizar el ejército para vencer al enemigo. Dos cuernos y una sola cabeza. Fue novedoso para su espacio-tiempo y dominó.

 

Dos cuernos y una sola cabeza se parecen mucho a la política salteña. Hace unos meses que se menean como víboras los referentes históricos de los frentes salteños, amagando y retrocediendo y al final parece que se están construyendo los dos cuernos. 

 

Por un lado, el Saencismo se va a presentar con su heterogénea paleta de partidos y agrupaciones (17 la última elección) más distintas unos de otros que solo el dedo mágico de quien tiene la billetera puede agrupar. La famosa “billetera mata ideología”.

El otro cuerno, el de Estrada, liderará un frente tan heterogéneo como el anterior, cuya única unidad posible es el espanto y la supuesta oportunidad de enfrentar a un adversario herido y que no para de tirarse tiros en los pies por su inoperancia y falta de gestión. Lo pintan como kirchnerista pero se junta con antikirchneristas sin el menor prurito.

 

Visto a la distancia tenemos en claro que un cuerno es Sáenz y el otro Estrada, pero entonces, ¿quién es la cabeza?

 

¿A alguien le queda dudas que la cabeza de esos dos es Romero? Gane el cuerno que gane, él gana. Shaka llegó hace años a Salta y construye la lista oficial y la opositora para ganar siempre. 

 

Me dicen que pueden surgir nuevos frentes como el de Nanni, pero tranquilos, en estos casos más que un cuerno se trataría del rabo del mismo búfalo. De la misma cabeza.

 

La alternativa para Vivir Bien pasa por otro lado.