Dejemos de lado la cuestión de la legalidad del préstamo otorgado a Mauricio Macri en 2018. Todos sabemos que aquel proceso no estuvo regulado por las normas argentinas ni por el estatuto del FMI. La única norma de aquella entrega pautada por U$S 57.000 millones fue la ordenada por el gobierno de los EEUU: “Rescaten al soldado Macri”.

Durante dos años el Ministro de Economía Martín Guzmán se empeñó en conseguir dos objetivos con el FMI en los que fracasó parcialmente. El primero un período de gracia y el segundo una eliminación de las sobre tasas que debe pagar la Argentina por ser un gran deudor.

 

El FMI disimuló un período de gracia, camuflando el préstamo otorgado a Mauricio Macri en un nuevo préstamo de “Facilidades Extendidas” (¿Facilidades?), este sí con plazos de devolución en 4 años. De esta manera la Argentina paga sus deudas al tiempo que se vuelve a endeudar por igual monto a más tiempo. Con la diferencia que a este préstamo lo hace recorrer por el circuito legal que no recorrió el anterior. Muchos argumentan que “blanqueando” la estafa. En eso estamos estos días.

 

Una mano lava la otra parecen decirse Argentina-FMI.

 

En cuanto a las sobre tasas, solo obtuvo apoyo verbal. Uds. combinen Dicho, Hecho, Palabras y Viento y tendrán una buena conclusión.

 

El relato oficial presenta como un éxito que no diga expresamente que se requieren reformas previsionales ni laborales o ajustes tremendos. Hablan de un FMI heterodoxo contra el anterior ortodoxo. ¿Alguien puede suponer que los mismos, exactamente los mismos burócratas de hace 2, 5, 10 años mutaron de la mano de Georgieva? Lo que cambió es la redacción, no el contenido. Está “en su naturaleza”, diría el alacrán.

 

Pero el verdadero problema del acuerdo se encuentra fuera del acuerdo. Se encuentra en Ucrania. En una intervención militar cuyas consecuencias en el alza del precio de las commodities (hidrocarburos, granos) desconocemos.

 

El acuerdo plantea la reducción de los subsidios a la energía y esta comienza a tomar valores que no se podrán disimular en el mercado interno. Los cerca de U$S 4.000 millones que se estimaba invertir en importación de hidrocarburos este año, pueden ascender a valores que desconocemos y ahí, chau acuerdo o mejor dicho el acuerdo allí toma su verdadero perfil dominador.

 

La única forma de revertir esta situación es convertirse rápidamente en autosuficientes  y exportadores de gas desde Vaca Muerta o de donde sea. El nuevo precio del petróleo habilita pozos hasta ayer antieconómicos, situación que solo dependerá de los resultados del conflicto de Ucrania.

 

La crisis socio económica argentina, derivada de la destrucción del aparato productivo en el período 2015-2019, de la precarización “autorizada” de los empleos, de la dolarización de las tarifas y de la inflación galopante de aquel período, entre otras cosas, necesita una inversión en infraestructura y una planificación estatal que requiere de fondos que el acuerdo con el FMI de Mauricio Macri hipotecó, e hipotecó ese futuro para rescatar a un “soldadito del imperio”. Rescatarse a sí mismo, única persona de su interés.