La Inteligencia Artificial, está transformando campos que parecen ajenos a los algoritmos, como la ARQUEOLOGÍA. Imagínense: en el vasto desierto de Nazca, en el sur de Perú, unas enigmáticas figuras gigantes talladas en la tierra por una civilización antigua han intrigado a la humanidad durante siglos.
Estas líneas, visibles solo desde el aire, representan animales, plantas y formas abstractas, y su propósito sigue siendo un misterio. Pero en los últimos años, la IA ha irrumpido como una herramienta revolucionaria, permitiendo descubrimientos que antes requerían décadas de trabajo manual. En esta columna, exploraremos cómo la IA está reescribiendo la historia de Nazca, con hallazgos recientes que casi duplican el número conocido de geoglifos y nos acercan a entender su significado cultural.
Las líneas de Nazca, creadas por la cultura nazca entre el 200 a.C. y el 600 d.C., cubren unos 500 kilómetros cuadrados de desierto árido. Estas figuras se forman removiendo la capa superior de piedras rojizas para revelar el suelo más claro debajo, creando contrastes que perduran gracias al clima seco. Hasta hace poco, se conocían alrededor de 430 geoglifos, pero la vastedad del terreno hacía imposible explorarlo todo a pie o con vuelos limitados. Aquí es donde entra la IA: algoritmos de aprendizaje automático, entrenados con imágenes aéreas de alta resolución, pueden analizar miles de kilómetros cuadrados en meses, detectando patrones sutiles que el ojo humano podría pasar por alto.
AÑO 2024
Un avance pivotal ocurrió en 2024, cuando un equipo de investigadores de la Universidad de Yamagata en Japón, en colaboración con IBM Research, desplegó UN MODELO de IA de DETECCION de OBJETOS. Este sistema, alimentado con datos de geoglifos ya conocidos, escaneó imágenes satelitales y aéreas, identificando más de 47.000 sitios potenciales. Tras un filtrado inteligente, se redujeron a 1.309 candidatos prometedores, y el trabajo de campo —con drones y exploraciones in situ— confirmó 303 NUEVOS GEOGLIFOS. Esto casi duplicó el inventario conocido, revelando figuras más pequeñas y figurativas, con un promedio de 9 metros de longitud, en contraste con las grandes líneas de hasta 90 metros.
Estos nuevos descubrimientos incluyen representaciones fascinantes: aves, plantas, arañas, figuras humanas con tocados, cabezas decapitadas y hasta una orca empuñando un cuchillo —un símbolo que evoca rituales antiguos. Los geoglifos se dividen en dos tipos principales:
"DE LÍNEA". Más grandes y simples, que suelen mostrar animales salvajes como aves o ballenas, y que parecen alinearse con rutas de peregrinación hacia templos como Cahuachi, sugiriendo un uso ceremonial comunitario; y los "DE RELIEVE". Más pequeños e intrincados, que retratan humanos, animales domesticados como llamas, o escenas de actividad humana, posiblemente para comunicar información a grupos pequeños de viajeros en senderos informales. Temas recurrentes como el sacrificio humano destacan la homogeneidad religiosa de la cultura nazca, según expertos de la UNESCO.
AÑO 2025
Pero la historia no termina ahí. En 2025, el mismo equipo japonés anunció otros 248 geoglifos adicionales, elevando el total de figuras figurativas a 893, de las cuales 781 FUERON HALLADAS GRACIAS A LA IA y análisis de imágenes aéreas. Estos incluyen 160 diseños figurativos —como sacerdotes, escenas de decapitación y cóndores— y 88 formas geométricas, con un tamaño promedio de 10 metros. Lo más intrigante es que están organizados a lo largo de más de 100 senderos estrechos, agrupados por temas: sacrificios humanos, animales domesticados y aves de presa. Esto sugiere que las líneas no eran meras decoraciones, sino un medio para transmitir fe y memoria comunitaria, como un vasto lienzo narrativo en el desierto.
Estos avances ilustran el poder de la tecnología para democratizar el conocimiento.
La IA no reemplaza a los arqueólogos, sino que acelera su labor: lo que tomaría años de prospección manual se resuelve en meses, liberando tiempo para interpretaciones profundas.
Sin embargo, la utilización de la Inteligencia Artificial, plantea preguntas éticas:
- “¿Cómo podemos aseguramos que la IA no sesgue los hallazgos basados en datos de entrenamiento limitados?”.
- “¿Eran estas líneas un calendario astronómico, mapas de agua o rutas sagradas?”.
Las hipótesis abundan, pero la IA nos acerca a respuestas, conectando el pasado antiguo con nuestra era digital, abriendo nuevos horizontes con estimaciones de al menos 248 geoglifos más por descubrir, el futuro promete más revelaciones.
En un mundo donde la tecnología a menudo se asocia con el futuro, es refrescante ver cómo ilumina nuestro origen. Las líneas de Nazca, gracias a la IA, dejan de ser un enigma estático para convertirse en una conversación viva entre civilizaciones.
Imaginemos por un momento ¿Qué otros secretos del planeta desenterrarán la inteligencia artificial mañana?
(*) Broadcaster of Artificial Intelligence