La corrupción en este gobierno de Milei salpica como una pus.

La Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) se convirtió en el epicentro de un escándalo que desnuda, como pocas veces, la podredumbre del gobierno de Javier Milei. La caída de Diego Spagnuolo, hasta ahora titular del organismo, no sólo obedece a la filtración de audios explosivos: también confirma que la administración libertaria superó en cinismo y voracidad a los peores años del menemismo.

 

En las grabaciones, el funcionario admite una recaudación ilegal en contratos de medicamentos que involucraba directamente a la hermana del Presidente, Karina Milei, y a los primos riojanos Lule y Martín Menem. La maniobra consistía en un retorno del 8% a prestadores, que terminaba en la mesa chica del poder. Corrupción desembozada, hecha sobre los recursos destinados a los sectores más vulnerables.

 

El gobierno intentó despegar a Milei con la excusa de que era “un tema de su gente”, pero el propio Spagnuolo lo desmiente: “Yo hablé con el Presidente. Tengo todos los WhatsApp de Karina. Le dije no te podés hacer el boludo conmigo”. Una frase letal, que arrasa con cualquier coartada oficial.

 

El estallido ocurre mientras el Congreso rechaza el veto presidencial a la emergencia en discapacidad, marcando otro golpe al liderazgo de Milei. La ANDIS, encargada de administrar fondos vitales para personas con discapacidad, aparece ahora como la caja negra de retornos millonarios.

 

No se trata sólo de corrupción: es la obscenidad de un poder que roba a los más indefensos. Un gobierno que predicó la motosierra contra la casta, pero que terminó construyendo su propia casta de negociados. Y que hoy queda expuesto, con nombres y apellidos, en el saqueo más cruel: el de los recursos de los discapacitados.

 

Gentileza: www.Elcrosalta.com.ar. agosto 21-2025