En un planeta donde los desastres climáticos han aumentado cinco veces en los últimos 50 años, causando más de 2 millones de víctimas y pérdidas económicas de 4.3 billones de dólares (OMM-Organización Meteorológica Mundial, 2023), la inteligencia artificial (IA) se alza como un centinela indispensable.

Desde huracanes devastadores hasta sequías prolongadas, la IA está transformando nuestra capacidad para prever, mitigar y responder a las catástrofes climáticas. Sin embargo, su potencial viene acompañado de desafíos éticos, ambientales y sociales que exigen una implementación responsable. Esta columna explora cómo la IA está redefiniendo la lucha contra el cambio climático, sus aplicaciones prácticas, sus limitaciones y la necesidad de una gobernanza global para garantizar que beneficie a todos, especialmente a las comunidades más vulnerables.

 

La Brecha de Datos: Una Injusticia Climática

La capacidad de predecir desastres climáticos depende de datos precisos y oportunos. Sin embargo, regiones como África subsahariana, donde el 60% de la población depende de la agricultura de secano, enfrentan una escasez crítica de estaciones meteorológicas. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estima que África tiene solo una octava parte de la densidad mínima requerida de sensores climáticos, dejando a más de 600 millones de personas sin alertas tempranas confiables. Esta "injusticia climática de los datos" agrava la vulnerabilidad de comunidades que ya enfrentan los peores impactos del cambio climático.

 

La IA está comenzando a cerrar esta brecha al aprovechar datos no tradicionales, como imágenes satelitales y señales de redes móviles. Por ejemplo, la startup Tomorrow.io utiliza una constelación de satélites con radar para generar pronósticos meteorológicos hiperlocales, actualizados cada cinco minutos, cubriendo incluso áreas remotas como océanos y regiones rurales. Este enfoque democratiza el acceso a información vital, permitiendo a agricultores planificar siembras o evacuar antes de una tormenta.

          

Innovaciones de la IA en la Predicción y Gestión de Desastres

 

La IA está revolucionando la meteorología, la sismología y la gestión de recursos hídricos con herramientas que combinan velocidad, precisión y escalabilidad. A continuation, se destacan tres ejemplos clave:

 

Google Flood Hub: Predicción de Inundaciones en Tiempo Real

 

Google Flood Hub opera en más de 80 países, brindando pronósticos de inundaciones fluviales hasta siete días antes, beneficiando a 460 millones de personas. Su sistema combina un Modelo Hidrológico, que predice el flujo de agua en ríos, con un Modelo de Inundación, que estima las áreas afectadas utilizando datos topográficos. En regiones como el sur de Asia, donde las inundaciones monzónicas son recurrentes, esta herramienta ha permitido evacuaciones preventivas, salvando vidas y reduciendo pérdidas económicas.

Detección Sísmica Mejorada

 

En sismología, algoritmos de aprendizaje automático están marcando una diferencia. Un modelo desarrollado por la Universidad de Texas en Austin (UT Austin), específicamente de la Oficina de Geología Económica, desarrolló un modelo de inteligencia artificial (machine learning) para pronosticar terremotos. el algoritmo identificó correctamente 7 de los 8 terremotos más grandes que ocurrieron durante el período de prueba en la región estudiada. El octavo no lo pronosticó. El estudio reporta una precisión de alrededor del 70%. Esto significa que cuando el

 

GOOGLE FLOOD HUB

 

algoritmo emitía una alerta de que un terremoto ocurriría en la siguiente semana, acertaba el 70% de las veces. El modelo fue diseñado para hacer pronósticos con una semana de antelación dentro de un radio de aproximadamente 320 kilómetros (unas 200 millas). Esta parte de tu información es precisa El área de prueba fue el oeste de Grecia, una de las regiones sísmicamente más activas de Europa debido a la colisión de las placas tectónicas africana y euroasiática.

 

Monitoreo de Inundaciones con Redes 5G

 

La Universidad de Tecnología de Sídney ha desarrollado un sistema basado en redes 5G que analiza alteraciones en señales de radiofrecuencia causadas por lluvia o cambios en el nivel del agua. Este enfoque, conocido como "Network Sensing", ofrece monitoreo de inundaciones en tiempo real con resolución a nivel de calle, una herramienta invaluable para ciudades propensas a inundaciones urbanas.

 

Desafíos Éticos y Ambientales

 

A pesar de sus beneficios, la IA no está exenta de riesgos. Los centros de datos que alimentan los modelos de IA consumen enormes cantidades de energía, a menudo proveniente de combustibles fósiles. Un estudio de la Universidad de Massachusetts Amherst (Strubell et al.,2019) encontró que entrenar un solo modelo de IA puede emitir hasta 284,000 kg de CO₂, equivalente a las emisiones de cinco automóviles durante toda su vida útil. Además, la generación de residuos electrónicos y el potencial uso de la IA para difundir desinformación climática plantean dilemas éticos.

 

La equidad también es un desafío. Los sesgos en los datos de entrenamiento pueden perpetuar desigualdades, beneficiando a regiones con más infraestructura mientras se descuidan las necesidades de comunidades marginadas. Para abordar estos problemas, más de 190 países han adoptado recomendaciones de la UNESCO sobre el uso ético de la IA, promoviendo transparencia, sostenibilidad y equidad en su desarrollo.

 

El Camino Hacia un Futuro Resiliente

 

Maximizar el potencial de la IA requiere colaboración global y estándares éticos. Iniciativas como la Systematic Observations Financing Facility (SOFF) de la OMM están financiando redes de observación en países vulnerables, generando datos de alta calidad para alimentar modelos de IA. Asimismo, regulaciones como la Ley de IA de la Unión Europea exigen transparencia y eficiencia energética, sentando las bases para una "IA sostenible por diseño".

 

La colaboración humano-máquina también es clave. En Bangladesh, la Cruz Roja combina alertas de Google Flood Hub con redes de voluntarios para difundir información en comunidades sin acceso a internet. Este modelo demuestra que la tecnología, cuando se integra con el conocimiento local, puede transformar vidas.

 

La I.A. está salvando vidas.

 

La inteligencia artificial es más que una herramienta tecnológica; es un aliado crítico en la lucha contra las catástrofes climáticas. Desde pronósticos meteorológicos hiperlocales hasta alertas sísmicas tempranas, la IA está salvando vidas y fortaleciendo la resiliencia global. Sin embargo, su éxito depende de cómo abordemos sus desafíos éticos y ambientales. Con una gobernanza responsable, colaboración internacional y un enfoque centrado en las comunidades más vulnerables, la IA puede convertirse en el guardián digital que nuestro planeta necesita para enfrentar un futuro incierto.

 

(*) Broadcaster of Artificial Intelligence.