Hace mucho que las geólogas rompieron el “techo de cristal”, con protagonismo en un área que parecía reservada a los varones.

 

La Asociación Geológica Argentina decidió realizar un homenaje a las mujeres geólogas o que de alguna manera contribuyeron a la geología del país. La obra fue encomendada a la Dra. Alina B. Guereschi y a los doctores Roberto D. Martino y Víctor A. Ramos, quienes fueron los editores. El trabajo salió publicado como “La mujer en la geología” en la publicación especial Nº 37 de la serie D (Buenos Aires, 153 p., 2021). Está disponible en internet para ser bajado libremente como PDF.

 

La idea fue rescatar la biografía de esas mujeres que tuvieron un rol destacado en las investigaciones geológicas de Argentina, Chile y Bolivia, y trascendieron sus fronteras. Se trata de un total de 17 trabajos, ilustrados con fotografías y documentos históricos, organizados cronológicamente desde las primeras décadas del siglo XIX hasta las postrimerías del siglo XX y principios del s. XXI. Se destaca que en su mayor parte las mujeres tuvieron un rol en museos y gabinetes, mientras que las tareas de campo estuvieron reservadas a los hombres. Sin embargo aparecen excepciones importantes.

 

Asimismo, se señala la importancia de igualar derechos y oportunidades tanto en las áreas académicas y de investigación como en los campos de las empresas públicas y privadas. Sin olvidar esa igualdad en las distintas ramas del conocimiento.

 

Pioneras

 

El volumen se inicia con María Graham (1785-1842), la pionera de la sismología en Chile. Ella publicó en 1824 un trabajo con ideas modernas sobre los terremotos en el boletín geológico de Londres y mantuvo una fuerte controversia con el entonces director de la Sociedad Geológica de Londres, en tiempos en que la ciencia era escrita por hombres.

 

Ascensión Isasmendi de Dávalos (1817-1910) fue una extraordinaria salteña que potenció los vinos de Tacuil, Colomé y Molinos. Pero además prospectó, explotó y comercializó boratos de sus minas al sur del salar del Hombre Muerto, lo que la convierte en la primera empresaria minera salteña.

 

Edelmira Mórtola (1894-1973), pionera de la mineralogía argentina, fue la primera mujer en obtener un título de geóloga en la Universidad de Buenos Aires. También fue la primera mujer en alcanzar un título de profesora titular exclusiva de esa universidad. El museo mineralógico de la UBA lleva su nombre.

 

Luego se analiza la vida de otras cuatro graduadas de la UBA entre 1920 y 1935, que tuvieron distintos roles en museos, enseñanza secundaria, minería o petróleo. Ellas son: Jova Clara Yussen de Campana (1907-?), Zulema Cristina Chiesa (1908-1987), Adela Magdalena Argentina Mangano (1908-?) y Paulina Mühlmann (1912-2009). Esta última ilustra la foto de tapa del libro donde aparece en 1937 buscando fósiles con su martillo de geóloga.

 

La petrógrafa y química italiana María Casanova (1899-1947) organizó los laboratorios de rocas de YPF y estudió las columnas sedimentarias de los primeros pozos de la cuenca petrolera del golfo de San Jorge. Fue una de las fundadoras de la Asociación Geológica Argentina.

 

Un caso raro, y excepcional, es el de la artista Lola Mora (1866-1936), escultora universal, que dejó el arte para dedicarse a la prospección minera en la Puna y a la exploración y explotación de esquistos bituminosos en Rosario de la Frontera (Salta). Realizó investigaciones químicas, geológicas y mineras sobre los esquistos y los quemó para producir hidrocarburos líquidos y otros derivados.

 

Pierina Pasotti (1902-1996), santafesina, fue la primera profesora emérita de la Universidad de Rosario y mantuvo su actividad académica por 60 años. Se graduó en la Universidad de Turín en 1927. Geóloga y geógrafa, su trabajo estuvo centrado en la investigación de las grandes llanuras.

 

Josefa Vicenta Giambastiani de Peláez (1891-1974), fue una geóloga cordobesa, la primera mujer en recibir un doctorado en Ciencias Naturales en la Universidad Nacional de Córdoba. Se especializó en geología y mineralogía, enseñó en los colegios secundarios y escribió uno de los manuales clásicos para la enseñanza publicado por Peuser en 1935 y con numerosas reediciones. No solamente destacó como docente, investigadora y escritora de textos, sino que además fue una madre ejemplar que dio una alta educación a sus cinco hijos.

 

Uno de los capítulos del libro trata de las geólogas graduadas en la Universidad Nacional de La Plata en la primera mitad del siglo XX. Entre ellas se destacan las hermanas Sarah y Juana Cortelezzi. Esta última fue la primera mujer en llegar a un cargo de profesora por concurso en aquella universidad, ganándole a uno de los más afamados geólogos alemanes de la época. Por su parte, otra graduada, María Magdalena Rádice, se destacó por sus estudios sobre la rodocrosita, la piedra nacional argentina, y además llegó a directora del Laboratorio Forense de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

 

Paulina Mühlmann (1912-2009), ya mencionada y foto de tapa del libro aquí comentado, se doctoró en Ciencias Naturales en 1935 en la Universidad de Buenos Aires y alcanzó el cargo de directora de laboratorio petrográfico y geóloga de campo. Esto último es notable, ya que esa era una tarea reservada entonces para los hombres. Entre otros trabajos estuvo explorando la zona donde luego se hizo el dique Las Maderas, en Jujuy, y también fue la primera mujer científica en colectar y estudiar fósiles del cerro San Bernardo, en Salta.

 

María Afazani de Juárez (1918-?), fue una geóloga especialista en petrología y profesora de las universidades nacionales de Córdoba y Río Cuarto. Sus alumnos de la década de 1970 la recordaban por su dinámica personalidad, su profundo conocimiento de las rocas y sus habilidades didácticas.

Hetty Bertoldi de Pomar (1924-2020) fue una santafesina graduada en Córdoba que se especializó en el estudio de los fitolitos y fue una reconocida experta mundial en esos biominerales. Fue además profesora de la Universidad del Litoral, funcionaria del gobierno de Santa Fe e investigadora del Conicet.

 

Milka Kronegold de Brodtkorb (1932-2019) fue una de las más grandes mineralogistas argentinas y se especializó en minerales opacos, especialmente sulfuros y sulfosales. Se formó en Buenos Aires y en Alemania, y tuvo una larga carrera científica y académica que le valieron las más importantes distinciones. El mineral brodtkorbita fue nombrado en su homenaje.

 

Un avance continuado

 

Un capítulo hace referencia a las geólogas prestigiosas de Chile de la segunda mitad del siglo XX, entre ellas: Cecilia Verdejo, Sonia Mehech, Gloria Valenzuela, Gloria Mancilla, María Cristina Muñoz Mellero, Patricia Narváez Dinamarca y Margaret Mercado, especializadas en distintas ramas de la geología y que abrieron el camino a las nuevas generaciones de geólogas chilenas.

 

Otro capítulo está dedicado a la geóloga platense Juana N. Rossi de Toselli, doctorada en Córdoba y radicada en Tucumán, quien realizó una notable carrera científica en el Instituto Miguel Lillo, especialmente en el estudio de las rocas ígneas y metamórficas. Se destacó en las ramas de la mineralogía, petrología y geoquímica.

 

Margarita Toro (1947-2015) fue una geóloga salteña recibida en la Facultad de Ciencias Naturales de Salta y especializada en paleontología, especialmente en los fósiles ordovícicos del cerro San Bernardo. Con el golpe militar de 1976 tuvo que exiliarse en Bolivia, donde investigó y enseñó en la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz, publicó decenas de trabajos científicos, realizó estadías en Francia y se convirtió en una figura clave de la paleontología boliviana.

 

El último trabajo trata de las mujeres geólogas petroleras que realizaron sus carreras profesionales entre 1970 y 1990, principalmente en YPF. Entre ellas se mencionan los testimonios y experiencias profesionales de Gladys Angelozzi, Graciela Covellone, Licia Manacorda, Viviana Meissinger, Ángela Melli, Muriel Miller, María Luisa Rodríguez Schelotto y Silvia Zencich. Hoy la industria del petróleo y gas cuenta con cientos de nuevas geólogas trabajando en campo, gabinete y en pozos de exploración y producción.

 

Además de los doctores Alina Guereschi, Roberto Martino y Víctor Ramos, los autores y editores, las biografías fueron escritas por Carolina Silva Parejas, Teresita Montenegro, Andrea Concheyro, Beatriz Aguirre-Urreta, Ricardo Juan Calegari, Silvia J. Ametrano, Silvia I. Carrasquero, Marian A. Tanuz, Aldo Antonio Bonalumi, Esteban Passeggi, Alejandro Fabián Zucol, Norma Pezzutti, Jorge Coniglio, Patricia Narváez Dinamarca, Juan Pablo Lovecchio, María Luisa Rodríguez Schelotto y María Fernanda Raggio.

 

El suscripto tuvo a su cargo las biografías de las salteñas Ascensión Isasmendi de Dávalos, Lola Mora y Margarita Toro. En diciembre de 2021 la revista de Geociencias de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS, 44, 4: 469-471.) publicó una reseña del suscripto sobre el libro de marras bajo el título ‘Women in Geology from Argentina, Chile and Bolivia”, disponible libremente en internet.

 

En el prólogo Alina Guereschi señala: “En sus historias se ve reflejada una creciente participación en dichas tareas (de campo) y una integración progresiva de la mujer en la geología, si bien todavía falta avanzar en la búsqueda de igualdad de derechos y oportunidades en los distintos ámbitos educativos, públicos y privados en los que actualmente, con una fuerte diversificación de las áreas de especialización, se destacan las numerosas geólogas argentinas y chilenas”.

 

Las geólogas, con mente y martillo, rompieron el metafórico “techo de cristal” de los estudios de género.