VOTAR NO ES ELEGIR - Por Santos Jacinto Dávalos
El once de mayo elegimos legisladores provinciales, concejales y en algunos municipios constituyentes.
Elegir es conocer los valores morales, como la honestidad, la eficiencia, el conocimiento y fundamentalmente la actitud de servicio, de los que se postulan.
Si yo voto por que la mujer o el hombre candidatos son lindos, no estoy eligiendo. Estoy cumpliendo con una obligación impuesta por la ley, pero no ayudo a mejorar la calidad de quiénes nos representan.
Lo mismo ocurre si los candidatos son simpáticos, entradores, de buenos modales, pero no tienen otros méritos.
O si su única su virtud es manejarse muy bien en las redes y vender su imagen.
Peor aún es votarlos porqué organizan rifas o reparten dinero en sus actos electorales
Otra mala tendencia es votar por los presuntamente ganadores y no por los más aptos.
Es usual que los candidatos sean hijos o hijas de quiénes detentan el poder. En ese caso, diga cruz diablo y no los vote.
Pero si el candidato a concejal o a diputado, es un servidor de su comunidad. Si se preocupa para que la salita o la escuela o el colegio de la zona funcione bien. Si pelea por la seguridad, por el cordón cuneta, por el gas, el agua, la luz, el pavimento, las líneas de ómnibus, ahí juéguele a la cabeza con redoblona a los cinco, porque no se equivocará y no solo votará, sino que elegirá a una persona probada por digna y servicial.
Ese candidato, que cuenta con el apoyo de su comunidad, actuará con independencia y no se arrimará sumiso al repartidor de bienes, que es el intendente.
Pero este proceso de selección es muy difícil hacerlo solo. Debe compartir su opinión con su familia, con sus amigos, con sus vecinos, para disminuir el margen de error. Y si es factible, montar, estructurar un grupo humano que ejerza presión por la magnitud de sus votos y por la calidad de su accionar. Si lo hacen, solo el cielo es el límite.
Elegir diputados y senador por capital es muy difícil. ¿Cómo conocer si somos 800.000 personas? Pero en los pequeños departamentos se conoce quién es quién y es posible elegir y no solo votar. La importancia de esta elección, es que el Senado está integrado mayormente por los senadores de los departamentos más pequeños.
Elegir es involucrarnos. Actuar como partícipes y no como espectadores.
Recordemos que desde 1991 en adelante, Salta tiene dueño, y es el gobernador en ejercicio, por su influencia sobre la Justicia, principalmente porque maneja a su antojo el procedimiento de destitución. Además, siempre tuvo más de las dos terceras partes de legisladores adictos, entre los propios y los que se entregan con bandera y banda. El cambio solo es posible con un pueblo organizado y libre.
Si tenemos suerte tendremos un buen gobernador. Pero depende de su voluntad, no de la nuestra.
Votemos eligiendo. El derecho a votar costó muchos sacrificios. Sangre, expatriación, cárcel, torturas, penurias para las familias. Recordemos a los que lucharon por una democracia en la que somos, o podemos ser partes y los honremos participando e involucrándonos.