Una multitud asombrosa, de más de 800.000 personas, se congrego en Salta y participó, en los actos centrales y procesión de los Santos Patronos, el Señor y la Virgen del Milagro y, como todos los años, renovó su PACTO DE FIDELIDAD.

Todo un mes, Salta vivió el tiempo del Milagro. Ya desde el mes de agosto, los salteños comenzaron a darle forma a una devota y ritual forma de preparación para lo que sería la gran fiesta del Milagro.

 

Y asi miles de peregrinos, desde todas las latitudes de la provincia y del norte argentino se anotan para llegar a la fiesta central, que es la procesión, ya sea a pie, a caballo, en bicicletas o motos. Y lo destacado de esta gran movida de los peregrinos, es el espíritu solidario que despierta la Fe que mueve esta fiesta del Milagro.

 

No importa la condición social de cada integrante de los peregrino; todos se sienten iguales porque los une la Fe en el Señor y la Virgen del Milagro a quien van a  rendir honor, brindar sus frutos de todo un año de sacrificios para ponerlos a los pies de sus Santos Patronos; y cumplir sus promesas alimentadas durante el año y, finalmente, acompañando a las santas imágines en la procesión, volver a renovar su PACTO DE FIDELIDAD hacia ellos.

 

Y así, como cada 15 de setiembre, desde 1692, las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro recorrieron en procesión las calles de la ciudad de Salta acompañadas por cientos de miles de fieles en una de las expresiones populares más importantes de la Argentina e Iberoamérica.

 

Bajo el lema, “Caminemos juntos como Iglesia peregrina hacia adelante”, las imágenes fueron acompañadas por más de 800.000 fieles que, soportando el intenso calor de la tarde salteña, esperaron su paso y caminaron hasta el Monumento 20 de Febrero, donde renovaron el Pacto de Fidelidad.

 

Renovación del Pacto de Fidelidad

Al pie de Monumento, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello pronunció la renovación del Pacto de Fidelidad con las palabras: «Señor, nosotros somos tuyos y tú eres nuestro», oración que da esencia y representa el fundamento de fe en las imágenes del Milagro. Previamente y durante su discurso Cargnello pidió a los ciudadanos trabajar por la inclusión, la equidad y la solidaridad para con el más necesitado.

 

Recuperemos el sentido ético en nuestra economía, cuidemos la inclusión y la equidad, seamos honestos, honrados y solidarios. Nuestra patria necesita del aporte de los ciudadanos solidarios. La solidaridad será eficaz en la medida que trabajemos por el más necesitado”, expresó el Arzobispo al tiempo que habló sobre la unidad necesaria entre las personas. “Contribuir a mejorar el mundo nos exige a crear familias en nuestros hogares; el cristiano debe ser un artesano de la unidad, una unidad que no degrada a nadie, sino que potencia lo mejor de cada uno, que enaltece a las personas. No nos cansemos de sembrar respeto en nuestro alrededor”.

 

Se refirió también a la importancia de vivir con esperanza siguiendo la ley de Dios. “Debemos confiar y mirar el futuro con esperanza, apoyándonos en la ley de Dios, que nos impulsa a tratar a los demás como nosotros queremos ser tratados, fortalecernos en la reconciliación y alimentarnos en la Eucaristía. Renovar nuestro compromiso de ser testigos del Señor, abramos la puerta a Cristo, marchando con Él siempre hacia adelante”.

 

Después de cantar el Himno Nacional, comenzó el recorrido de los Santos Patronos de regreso a la Catedral, donde miles de personas, agitando sus pañuelos, manos y sombreros, los saludaron conmovidos entre lágrimas. Ingresaron en primer lugar  la Cruz Primitiva y el ícono de Nuestra Señora de Lágrimas. Los acompañaron el sonido de fuertes campanadas y pétalos de rosas rojos y blancos que inundaron la Plaza 9 de Julio, despidiéndolos hasta el año 2020.

 

Previamente monseñor Cargnello destacó que serán llevadas a Roma “una réplica de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro para que acompañen las reliquias de los Santos Apóstoles en la Basílica de San Pedro”. Agradeció finalmente a todas las autoridades, instituciones y miembros de la comunidad que hicieron una vez más que el Milagro sea posible. “Apostemos al amor como principio de la vida social” manifestó para luego dar la bendición final.

 

El Milagro

El Milagro es la más antigua y, a la vez, la más actual manifestación de fe de Salta, la que se continúa sin interrupción desde el año 1692 hasta el presente.

 

Se trata de la más antigua y tradicional manifestación de fe del país​y la segunda manifestación religiosa de importancia en la Argentina luego de la Peregrinación a Nuestra Señora de Lujan, Patrona de la República.

 

Las campanas de la catedral con sus repiques emblemáticos conmueven a los salteños y a todos los peregrinos. Sus bronces datan de la época de la fundación de la ciudad​debido a que las primeras campanas de Salta fueron traídas por el obispo Francisco de Victoria, quien acompañó a Hernando de Lerma en la fundación de Salta.